Mario Torres Jofré
Es altamente gratificante que las autoridades de gobierno asuman la deuda vigente en materia habitacional, que dice relación con el mejoramiento del hábitat residencial, expresado en el tercer gran desafío de política propuesto por la Ministra de Vivienda y Urbanismo: Promover la integración social, procurando soluciones habitacionales insertas en barrios y ciudades.
Este desafío, no es utopía, es factible de materializarse, si realmente se pretende avanzar en la gestión de suelos públicos y en la propuesta de una Ley del Suelo. Sin embargo, para lograr estos dos objetivos, se precisa una fuerte voluntad política en materializar los cambios al sistema tributario de la renta urbana. Es importante reconocer que los esfuerzos realizados por la sociedad en el proceso de urbanización de nuestras ciudades, que redunda en el aumento del valor del suelo; es decir, en las plusvalías creadas, éstas son captadas por el sector privado, sin ninguna tributación sobre él. El sector privado capitaliza todos los beneficios del proceso y obliga a internalizar los costos a todos los ciudadanos.
Una Ley de Suelo sin recuperación de la renta urbana es insuficiente e imposibilita lograr soluciones habitacionales insertas en barrios y ciudades. Temer a que la vivienda subirá de precios, implica reconocer un precio asociado al suelo urbano que éste no posee. Se requiere de voluntad política para privilegiar el bien común sobre el bien privado e individual, teniendo siempre presente los fines últimos de la sociedad.
Toda política de suelo debe considerar la forma de recuperación de plusvalías y de pago de minusvalías. Las plusvalías que debe recuperar el Estado, posibilitan la creación de bancos de suelo, para las políticas habitacionales. Adicionalmente, es necesario incorporar mecanismos diferenciales a la renta por suelo. Uno de los mecanismos que contribuiría a la generación de bancos de suelo urbano es, la aplicación de impuesto a la renta por la compraventa de la tierra, actividad que hoy está exenta. Otro aspecto a incorporar es, la opción preferente de compra del Municipio o del Ministerio en las zonas deterioradas y consolidadas de las ciudades, que se encuentran a merced de la especulación.
También, debiera estudiarse impuesto territorial y, quizás, buscar un mecanismo que refleje en forma transparente las prestaciones que recibe todo bien raíz: alumbrado público; aseo del espacio público; mantención de parques, plazas y jardines; mobiliario urbano; transporte público; mantención de aceras y calzadas; entre otras muchas. Además, asociar la disponibilidad de pago por vivir en zonas lejanas a actividades generadoras de minusvalor, pero que son necesarias para la vida urbana: como las siguientes: vertederos de basuras; plantas de tratamiento de aguas servidas; terminales de bodegaje y carga; industrias; etc. Es decir, el impuesto territorial debiera tener incorporado el concepto de tasa de preferencia o costo de oportunidad.
Pienso que el Profesor Mario Torres hace un aporte relevante a la temática de lo que si podríamos llamar “Política Habitacional”, puesto que en ella concurren diferentes aspectos que van más allá de simplemente programas o mejorias de algunos de ellos.
Efectivament dese hace años algunos hemos venido predicando en el desierto respecto a la rentabilidad del suelo producto de las inversiones públicas directas o indirectas como es el caso de las obras concesionadas,sin que se hiciese algo específico por recuperar esas enormes plusvalíasa costo cero para los privados, y que van en directo detrimento de la calidad de vida de los chilenos que por estar lejos de los niveles centrales de decisión no pueden acceder a los beneficios que la modernidad está otorgando a algunos privilegiados.
Por lo tanto, el comentario del Profesor Torres, definitivamente apunta a un aspecto primordial a la hora de obtener más recursos para aportarlos en programas orientados a mejorar la calidad de vida de los habitantes pobres de la ruralidad del país, que es la más refractaria e incluso más dura que la pobreza urbana.
http://carlosmunozparra.blogspot.com
Muy claro y preciso Mario, sin embargo lo dificil es por donde pasa ese cambio de concepto en políticas de suelo, el control de la especulación.
Ahora en lo puntual respecto a los anuncios presidenciales, hay un error básico en el bullado subsidio a la localización en su aplicación en Santiago, y es que está enclaustrando la movilidad dentro de las comunas, cuando la idea original es entiendo en áreas urbanas, en ciudades. El decreto persigue radicar protegiendo la inserción social existente, sin embargo en su articulado específico subsidia los movimientos dentro de la comuna, lo que podría ser una limitante fatal en Santiago. Debería corregirse flexibilizando localizaciones dentro de comunas similares y /o vecinas.
Carlos Araya Salazar
Arquitecto
Corporación JUNDEP
http://www.jundep.cl
que pasa con las zonas rurales? es impresionante que hablen y escriban bonito, pero seria mas aun ver hechos, y ayuda a la parte mas bulnerable del pais, “los sectores rurales”.