Por Claudio Pulgar Pinaud, Académico INVI (@cpulgarpinaud)
Hemos visto durante enero de 2011 cómo surgió con fuerza el movimiento regional denominado “Asamblea ciudadana de Magallanes” para manifestarse en contra del alza del gas en su austral región. Las perspectivas de la asamblea son más amplias que sólo el tema del gas: regionalización verdadera, mayor participación y democratización, así como temas ambientales. El martes 18 de enero han logrado un importante triunfo político frente al gobierno de Piñera al parar el alza del gas, aumentar los subsidios para la región, exigir una ley que permita contar con una tarifa permanente para el gas en Magallanes, “expulsar” al ex Ministro Raineiri por su mal manejo del conflicto y paralizar a toda una región del país durante una semana.
El rol que ha jugado la “Asamblea ciudadana de Magallanes” en las movilizaciones de enero de 2011, indica que logró “ser más representativa que congresistas y alcaldes de la zona”. El periodista Tomás Mosciatti, de Radio Bío Bío, lo sintetizó así “posiblemente lo que está pasando en Magallanes sea el inicio de una revolución en las regiones” , dándole más densidad al movimiento, y anunciando entre líneas la emergencia de nuevos actores políticos: los ciudadanos organizados transversalmente.
Pocos días antes del “Puntarenazo” en el sur de Chile, en Santiago los ciudadanos lograron detener un proyecto de la Municipalidad de Santiago que pretendía pavimentar parte del Parque Forestal , el movimiento logró parar el proyecto y echar pie atrás al alcalde Zalaquett (UDI), poniendo nuevamente en la agenda pública el tema de la participación ciudadana vinculante y la crítica a las decisiones tecnocráticas, centralizadas, sin participación de la ciudadanía y ajenas a la realidad como han sido la misma propuesta del alza del gas en Magallanes o una más antigua como la implementación del Transantiago, que afectan la cotidianidad de la ciudadanía.
El terremoto del 27F de 2010 y los posteriores conflictos que se han generado por el proceso de reconstrucción en diferentes territorios se pueden entender como motores de la organización social. El cabildo realizado en Talca , una de las ciudades interiores más golpeadas, y la creación del movimiento ciudadano “Talca con tod@s” dan cuenta de este fenómeno de participación de la ciudadanía, que ya no está esperando a que las autoridades le pregunten o los inviten a participar –cosa que no pasa-, sino que se autoconvoca y se organiza a partir de la autogestión y la autonomía de los partidos políticos tradicionales (derecha y concertación) para generar movimientos ciudadanos con fuerte base territorial.
En Santiago el caso de la “Asamblea de vecinos por la reconstrucción de la Villa Olímpica” ha sido otros de los casos emblemáticos de organización post terremoto , logrando instalar el tema de la reconstrucción y la exigencia de la participación de los vecinos en el proceso. De hecho durante 2010 hemos realizado desde el INVI una investigación para discutir sobre la operacionalización del derecho a la ciudad en este territorio, a partir de la observación de cómo se desarrollan los procesos de participación, empoderamiento y acción entendidos desde los ejes del derecho a la ciudad como el “ejercicio pleno de la ciudadanía” y “gestión democrática de la ciudad” ambos relacionados directamente con la “producción democrática de la ciudad”.
Hay otra organización que actuó frente al terremoto, pero que venía conquistando victorias desde antes, se trata de los “Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay” quienes entre otros importantes hitos lograron declarar zona típica al histórico barrio capitalino salvándolo del apetito de los inmobiliarias que hace años venían acechándolo. Hoy además tienen vigente una escuela de artes y oficios, y han levantado junto a otros territorios una organización nacional denominada “Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales” para proteger el patrimonio desde la sociedad civil organizada.
Existen organizaciones que han nacido para resistir algún proyecto o modificación de regulación urbana que los afectará. Así nació hace ya una década “Ciudad Viva” para impedir que la autopista concesionada Costanera Norte arrasará con el barrio Pedro de Valdivia norte-Bellavsita-La Chimba, logrando que su construcción se realizará bajo el río Mapocho. Hoy ésta organización se ha consolidado, convirtiéndose en un autodenominado “Centro de Urbanismo Ciudadano”.
Otro hito han sido los ciudadanos que se han opuesto a modificaciones a sus planes reguladores o a proyectos urbanos, logrando interesantes resultados como los vecinos de Vitacura que lograron “obligar” a su Alcalde a través de la controlaría a realizar un plebiscito en el que ganó el “NO” a las modificaciones propuestas por el Municipio. Lo mismo pasó en Las Condes donde los vecinos se organizaron para impedir que un centro comercial de Cencosud se instalará en el barrio de Martín de Zamora. En esa misma línea, aunque con un “ruido” comunicacional menor, los vecinos de Pedro Aguirre Cerda y hoy los vecinos de Peñalolén luchan contra las modificaciones a los planes reguladores que tildan de gentrificadores, “expulsadores de pobres”, hechos a la medidas de los inmobiliarios y no de los vecinos.
Estos días otros grupos están organizados en contra de ampliar los límites urbanos de Santiago incluidos en el PRMS100 del MINVU y la Intendencia, agrupadas en “Santiago a escala humana” . Destacamos el rol comunicacional que ha tenido la agrupación “defendamos la ciudad” durante los últimos años instalando la discusión sobre los temas urbanos. Muchas de las organizaciones que hemos nombrado han participado en las celebraciones del día mundial del hábitat que organiza el INVI y el Observatorio de Vivienda y Ciudad desde hace 3 años, y luego de esto han comenzado a articularse desde distintas coordinaciones.
Finalmente no podemos dejar fuera quizás a los más importantes y constantes actores del movimiento social urbano en Chile: los pobladores. Los antecedentes dicen relación con la historia de los movimientos de pobladores en Chile y uno de sus hitos más importantes lo encontramos en la toma y la posterior creación de la población La Victoria en 1957 . A partir de esa fecha el movimiento de pobladores se fue convirtiendo en un actor relevante dentro de la política nacional, así como dentro de la construcción de la ciudad y la definición de las políticas públicas.
Desde la poblaciones de la ciudades de Chile destacamos al “Movimiento de Pobladores en Lucha” (MPL) de Peñalolén que ha logrado una notoriedad importante al conseguir convertirse en EGIS y Constructora, para construir viviendas de manera autogestionada en su propia comuna. Además tienen un Concejal en el Municipio, Lautaro Guanca, entre otras variadas inicitivas vinculadas al territorio. Hoy existen movimientos similares al MPL en otras comunas de Santiago como el Movimiento Pueblo sin Techo (MPST) en la Pintana y el Movimiento por la Dignidad (MPD) en Lo Barnechea.
Otra forma de participación y construcción social ha sido el activo movimiento de deudores habitacionales, conocido como “Andha Chile a Luchar Democrático”, quienes han tenido importantes logros al instalar el tema de los Deudores en la opinión pública, condonar deudas y ha realizado importantes manifestaciones públicas como la toma del río del Mapocho durante 2009 . Finalmente la confluencia de distintos movimientos de pobladores, como los precedentes, ha dado forma a una organización que pretende aglutinar al movimiento de pobladores de todo el país: la Federación Nacional de Pobladores , que ya ha tenido movilizaciones y que está construyendo un propuesta de política habitacional.
Claramente hay diferencias entre todos estos movimientos, especialmente en cuanto al capital social que manejan (la agenda de contactos y el nivel de influencias) lo que se ve reflejado en su aparición en los medios y en el alcance que tienen sus denuncias, movilizaciones y propuestas. Por otro lado tienen agendas distintas y pertenecen a grupos socioeconómicos diferentes, es decir, hay condiciones de clase distintas. Hay que destacar el rol clave que tienen en el desarrollo de los movimientos de hoy las redes sociales como twitter, facebook y la web en general, que logran contrainformar o convocar llegando un cierto grupo de medios de comunicación, especialmente a los “alternativos”.
No todos estos movimientos que hemos descrito son iguales, no tienen las mismas agendas, ni los mismos objetivos políticos, y en ese sentido, siendo reduccionistas como en cualquier clasificación, encontramos 3 tipos de organizaciones:
-Movimientos ciudadanos reactivos de corto plazo: se organizan por un objetivo particular, que una vez que se consigue se desmovilizan.
-Movimientos ciudadanos propositivos de largo plazo: pueden haber comenzando como los primeros, pero logran un nivel de “madurez” que muchas veces tiene que ver con que pasan de la “protesta a la propuesta”.
-Movimientos de pobladores: van desde los comités de viviendas que tienen objetivos funcionales que muchas veces una vez que logran sus objetivos se desmovilizan, pero muchos van avanzando a formar movimientos socio-políticos que tienen agendas más allá de la vivienda.
Finalmente hay 4 interesantes conclusiones que podemos sacar de este proceso de emergencia de los movimientos sociales urbanos y territoriales en Chile:
1. La paulatina y aún en ciernes recuperación de tejido social desde los territorios
2. La evidencia de la no representación de los partidos políticos tradicionales y su crisis
3. La construcción de agendas y proyectos emancipacipatorios con un componente territorial clave
4. Y una crítica descarnada al rol entregado al mercado como ente (des)regulador de los temas urbanos, en específico, y de las políticas públicas en general.
El derecho a la ciudad y las exigencias por más participación parecen ser un elemento común que podría llegar a cohesionar a la diversidad de movimientos urbanos y territoriales de Chile que se están organizando por más participación, más democracia, desde sus territorios, desde sus cotidianidades, pero que pueden transformarse en referentes, si llegan a articularse en una alternativa sociopolítica capaz de comenzar procesos como la preparación a mediano plazo de una asamblea constituyente que parta desde los territorios y entienda a los habitantes como sujetos de derechos, protagonistas principales de los procesos y no mero objetos asistidos por las políticas públicas.
En esta columna no hemos pretendido nombrar a todas las organizaciones, es sólo un paneo rápido de lo que conocemos y estamos observando. Seguramente hay muchos otros movimientos que podrían pertenecer a esta nueva categoría de actor político social territorial que cada día cobra más protagonismo en el Chile actual, los invitamos a que nos cuenten si conocen otras experiencias.