Por Claudio Pulgar Pinaud, Académico INVI (@cpulgarpinaud)
Ha transcurrido más de un año del terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010 que afecto las regiones más pobladas de Chile desde la Región Metropolitana a la de la Araucanía, un año sin reconstrucción (ver video) como lo han denominado las propias organizaciones sociales de los damnificados.
Así mismo el Observatorio de Reconstrucción(OR) de la Universidad de Chile ha cumplido su primer año de vida. Este espacio nació a finales de marzo de 2010, luego del trabajo en terreno en la costa de la Región del Bíobío que realizamos algunos académicos del INVI, y en el cual pudimos apreciar la magnitud de la tragedia, especialmente el drama humano que implicaba la destrucción de sus ciudades y poblados, pero por sobre todo de sus vidas cotidianas, sus frágiles tejidos sociales, sus redes laborales y productivas. No podíamos quedarnos de brazos cruzados, y así fue como nació el OR como un espacio de colaboración, información, articulación y generación de propuestas desde la Universidad en sintonía con la sociedad civil.
Hemos conmemorado este primer año del Observatorio de la Reconstrucción organizando el Encuentro Nacional de Experiencias denominado: “Reconstrucción(es) Sociedad Civil”, ya que creemos que no hay una receta única para el proceso, por eso hablamos de las diversas “reconstrucciones” en plural, y además hacemos hincapié en el rol protagónico que debe cumplir la sociedad civil en éste.
Lamentablemente vemos como se ha desperdiciado la gran oportunidad de construir mejores ciudades con el componente central de la participación, fomentando mayores grados de ciudadanía en la población. La gran conclusión de nuestro encuentro ha sido “la falta de participación ciudadana” en el proceso. Donde en “un país rico tenemos una reconstrucción pobre” como titulaba un diario de circulación nacional hace pocos días. En el artículo los propios damnificados decían: “las arcas fiscales de nuestro país tienen fondos suficientes para construir viviendas dignas sin poner en peligro los equilibrios de la economía nacional. Sólo nos detiene la voluntad de los políticos”.
Con indignación y asombro vemos como se multiplican los conflictos de intereses entre gobierno y empresarios -quie ne s han sido los principales protagonistas del proceso frente a la ausencia de participación ciudadana-, por ejemplo en los “Planes de Reconstrucción Estratégica Sustentable (PRES) realizados con fondos privados por empresas con intereses en los territorios y sin procesos de control público y menos licitaciones o concursos. Además de que ni siquiera son vinculantes ya que no existen en la legislación vigente.
Otros escándalos han salido a la luz pública: sobrepago de mediaguas; compra de materiales de construcción a las tres grandes cadenas del rubro desperdiciando el apoyo a las pequeñas cadenas locales; el sobrepago del puente mecano que le costó el puesto al Ministro de Defensa; el clientelismo adoptado por el ex Intendenta del Bíobío- que le costo el puesto- comprometiendo recursos de la reconstrucción para pobladores no damnificados; que el gobierno promocione como “viviendas terminadas” casas que aún tienen daños por el terremoto; o la cantidad de subsidios entregados versus las obras de reconstrucción en desarrollo; entre otros.
Frente a este panorama hemos apoyado firmemente la organización y las demandas de los damnificados de Chile. Participado junto a ellos en procesos de investigación y capacitación en los territorios. En el marco del día mundial del hábitat en octubre de 2010 convocamos al primer encuentro nacional de damnificados para debatir sobre las propuestas y proyectos desde la sociedad civil, y luego hemos seguido trabajando en conjunto a las organizaciones de base, así como a una importante red de ONGs e instituciones que se han sumado. Es así como luego de un encuentro de las organizaciones en enero de 2011 en Talca se ha creado el Movimiento Nacional por la Reconstrucción Justa. Movimiento ciudadano que ha levantado propuestas colaborativas desde la sociedad civil, demostrando un nivel de madurez cívica, a pesar de la difícil situación de muchos de los damnificados, dando importantes lecciones de democracia y participación ciudadana a todo el país.
A pesar de la adversidad con la que se han enfrentado los damnificados, su fuerza y tesón han hecho emerger una nueva fuerza organizativa de la ciudadanía, capaz de consensuar y redactar propuestas de políticas públicas y construir sus propios procesos de resiliencias territoriales. Nuestra propuesta desde el OR de una “Reconstrucción con participación: desde el derecho a la ciudad” hace más sentido que nunca hoy. Proponemos adoptar un enfoque de derechos en las políticas públicas de reconstrucción, las cuales se basen en la participación de los habitantes en el diseño e implementación de las mismas. Se trata de entender a los habitantes ya no como meros receptores de la política pública, sino que como sujetos de derechos, actores y protagonistas de los procesos de (re)construcción del tejido urbano y social de sus ciudades y poblados.
Ahora el desafío es de tod@s, especialmente de la sociedad civil en su conjunto, y ahí la Universidad de Chile -y nuestra Facultad- deberá jugar un rol clave en este etapa para levantar propuestas de políticas públicas de reconstrucción participativas, apoyar los procesos socio-territoriales, así como la definición de proyectos específicos, poniendo a disposición nuestras tareas de Docencia, Investigación y Extensión para la reconstrucción justa y participativa y a la vez sacar lecciones para el futuro.
Realmente me gusta su sitio y el seguimiento de la salud ha sido muy buenas manos